Jaén... cenicienta.
Dicen que son a las Cenicientas a las que más se quiere, a los débiles, a los abandonados.... Es lastimoso pensar que nuestro JAÉN pertenece a esas categorías pero en el día a día pudiera parecerlo. Da la impresión que las inversiones de futuro pasan de largo, que los lápices políticos que marcan el progreso no están afilados cuando señalan a nuestra tierra, que hay una nube extraña -casi radiactiva, quizá- que impide que se nos vea, que se nos tenga en cuenta. A lo mejor por todo eso, por ese cúmulo de circunstancias tan poco edificantes, te queremos tanto, Jaén, al menos algunos (y cada día unos pocos más). Trabajamos por ti y para ti, soñamos contigo, crecemos a tu sombra y nos creemos cada día más que las etiquetas solo sirven para arrancarlas, para escribir sobre ellas lo que uno quiere y desea y no lo que por rutina y dejadez se nos hace creer. Mereces nuestro esfuerzo, Jaén, y nosotros te merecemos pero levantada y con la cabeza enhiesta mirando con desafío a quienes te maltratan. Todos a una contigo, Jaén. Juntos podremos.
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